Actualizado el 13 de diciembre de 2024 por Carlos José Belmonte López
El aceite de oliva se ha convertido en un producto esencial en los hogares españoles, y su demanda continúa creciendo. Sin embargo, en las últimas décadas, se ha observado un aumento constante en su precio, lo que ha suscitado preocupaciones entre los consumidores. En este escenario, surgen preguntas sobre la calidad del aceite disponible en el mercado y cómo elegir entre las diversas opciones existentes.
Cómo distinguir los diferentes tipos de aceite de oliva
Al llegar a un supermercado, muchos consumidores se enfrentan a la difícil decisión de qué marca de aceite elegir. Aunque el precio suele influir significativamente en esta elección, muchos no saben cómo diferenciar entre aceites de costo similar. Afortunadamente, hay una manera sencilla de determinar si un aceite es de alta calidad.
La responsable de la tienda Organic49, ubicada en el País Vasco, ha compartido en un vídeo de TikTok una forma práctica de identificarlo. Según ella, una etiqueta con el número 10 indica que el aceite de oliva es de calidad superior. «Cuando veáis un 10, quiere decir que lleva 10 kilos de aceituna para un litro de aceite. Esto se traduce en un aceite mucho más verde y sabroso, ideal para consumir en crudo», explica la experta.
La importancia de la trazabilidad del producto
En medio de estas preocupaciones, Antonio Luque, presidente de Dcoop, ha denunciado que existe un problema en la trazabilidad del aceite de oliva. «Llevamos callados 40 años, pero la Administración tiene que tomar una decisión para controlar el procedimiento de producción», afirma. Luque sostiene que la falta de control puede generar productos de menor calidad que intentan simular el auténtico aceite de oliva. No obstante, estas acusaciones han sido tildadas de infundadas por la patronal del sector, creando un ambiente de incertidumbre para los consumidores.
Desglosando los grados de calidad
Existen diferentes números en las etiquetas que indican la calidad del aceite de oliva. El siguiente nivel inferior es el número 8, que significa que se han utilizado 8 kilos de aceituna por litro de aceite. «Este aceite se recoge a la mitad de la temporada y se considera afrutado. Aunque no es tan especial como el aceite con el número 10, sigue siendo un buen aceite», comenta la responsable de Organic49.
En cuanto al número 6, este indica que el aceite se ha producido al final de la temporada. «Se le llama aceite maduro y generalmente se utiliza para cocinar, ya que su sabor no es tan intenso como el de los aceites de mayor calidad», añade. La elección del aceite dependerá, por tanto, del uso que se le quiera dar.
Martos, la cuna del aceite de oliva
Martos, ubicada en la provincia de Jaén, es conocida como la «Cuna del olivar» debido a su producción masiva y de alta calidad de aceite de oliva. Esta ciudad no solo es famosa por su industria oleícola, sino que también tiene una rica historia que se remonta a hace cinco mil años. Su abundante suministro de agua subterránea ha permitido que su agricultura florezca, contribuyendo significativamente al desarrollo histórico y económico de Andalucía.
La combinación de tradición e innovación en la producción de aceite de oliva ha posicionado a Martos como el primer productor mundial, y su variedad de aceituna, la marteña, es un ejemplo del legado agrícola de la zona.
Reflexiones finales sobre la calidad del aceite
Es fundamental que los consumidores sean conscientes de las diferencias entre los distintos tipos de aceite de oliva. Conocer los números en las etiquetas puede ayudar a realizar una elección más informada y adecuada a cada necesidad.
Además, la trazabilidad y el control de calidad son aspectos que deben ser considerados no solo por las autoridades, sino también por los consumidores. En última instancia, elegir un buen aceite de oliva no solo se traduce en un mejor sabor y calidad en la mesa, sino también en apoyar una industria que necesita garantías para seguir produciendo un alimento tan importante.
Por tanto, al momento de elegir un aceite de oliva, recordar que la calidad no siempre está relacionada con el precio. Invertir un poco más en un producto de calidad puede marcar la diferencia tanto en la experiencia gastronómica como en el respaldo a una producción responsable y sostenible.