Actualizado el 26 de diciembre de 2024 por Carlos José Belmonte López
Vuelven a surgir distintas opiniones sobre los supuestos beneficios de la vitamina D, a raíz de un estudio que cuestiona la eficacia de los suplementos de esta sustancia en personas mayores con obesidad. Un equipo de investigadores de varias universidades ha concluido que esta vitamina «no proporciona beneficios adicionales para la salud», según lo publicado en el recientemente divulgado «Journal of the Endocrine Society».
La controversia sobre el uso de suplementos
Históricamente, los suplementos de vitamina D se recomendaban de manera generalizada para tratar problemas como el raquitismo y el reblandecimiento de los huesos, conocido como osteomalacia. Sin embargo, en la actualidad, su uso se ha ampliado a diversas patologías. Esto se ha llevado a cabo sin que exista evidencia científica sólida que respalde esta práctica. Con esta nueva investigación, se pretende arrojar luz sobre estas afirmaciones y su efectividad real.
¿Qué es la vitamina D y dónde encontrarla?
Conocida popularmente como la «vitamina del Sol», la vitamina D es fundamental para el organismo ya que, principalmente, la piel la sintetiza a través de los rayos solares. Pero esta vitamina no se encuentra en muchos alimentos de forma natural. Los principales son los pescados grasos, como el salmón y el atún, así como productos lácteos como la mantequilla y el queso. Esto plantea una pregunta importante: ¿estamos obteniendo suficientes cantidades de vitamina D solo a través de la dieta y la exposición al sol?
La opinión de los endocrinos
Los endocrinos, expertos en hormonas y metabolismo, reconocen que la vitamina D es esencial para la homeostasis del calcio y el metabolismo óseo. Sin embargo, hay una notable falta de consenso sobre las cantidades diarias recomendadas. Algunos organismos internacionales ofrecen diferentes rangos sobre lo que consideran un «déficit» de vitamina D, aunque la mayoría se alinean con las recomendaciones de la Academia Nacional de Medicina de EE.UU., que establece una ingesta de 600 Unidades Internacionales (UI) diarias.
El reciente estudio
Este reciente trabajo de investigadores provenientes de la Universidad Estatal de Pensilvania (EE.UU.), la Universidad Americana de Beirut (Líbano) y la Universidad Alfaisal de Riad (Arabia Saudí) se centra en una población específica: las personas mayores con obesidad. El estudio pone en entredicho los beneficios de los suplementos de vitamina D en esta demografía, sugiriendo que no poseen el efecto positivo que se les atribuye, especialmente en lo que respecta a la reducción de la tensión arterial. ¿Es posible que, en lugar de ayudar, estos suplementos no aporten nada a la salud de este grupo etario?
Un contexto más amplio sobre la salud
La discusión sobre la vitamina D es parte de un debate más amplio sobre la suplementación de vitaminas y minerales en la población. Mientras que algunas vitaminas son esenciales para la salud, como la vitamina C o el hierro, otras, como la vitamina D, siguen siendo objeto de controversia. Los medios de comunicación, además, han jugado un papel crucial al amplificar las afirmaciones referidas a la suplementación como panaceas para diversas condiciones de salud, a menudo sin sustento científico. Esto plantea un reto: distinguir entre la información veraz y la que no se basa en pruebas.
Reflexiones finales
Es evidente que la vitamina D es un elemento importante en nuestra dieta, pero la cuestión radica en cómo y por qué se recomienda su uso. Mientras que algunos profesionales de la salud siguen insistiendo en su ingesta, otros consideran que la prueba de eficacia no se sostiene en población anciana con obesidad. En un contexto más amplio, los individuos deben ser críticos respecto a las recomendaciones sobre suplementos y mantenerse informados acerca de los beneficios reales y los riesgos asociados, involucrándose así en un cuidado proactivo de su salud.
Finalmente, es esencial que cada persona evalúe su situación individual consultando con un profesional médico antes de comenzar cualquier régimen de suplemento, sobre todo en el caso de condiciones preexistentes como la obesidad y la hipertensión. La medicina personalizada y basada en la evidencia debe de ser la prioridad para garantizar una buena calidad de vida en la madurez.