Actualizado el 26 de noviembre de 2024 por Carlos José Belmonte López
Coca-Cola y Fanta son algunas de las bebidas más consumidas en España, presentes en prácticamente todos los rincones del mundo. Estos refrescos han sido la gran alternativa al agua desde que llegaron a nuestro país, y hoy en día competidores como Nestea, Pepsi o KAS también forman parte del paisaje. Sin embargo, durante varias décadas, hubo una bebida que se destacó entre las favoritas de los españoles: la Mirinda. Aunque aún goza de popularidad en otros países, en España dejó de ser distribuida pese a sus orígenes locales.
La historia de Mirinda: Nacida en España
Mirinda nació en España, y su nombre significa «admirable» o «maravilloso». Esta bebida comenzó a comercializarse en la década de los cincuenta del siglo XX, gracias a La Casera, una empresa española que buscaba posicionarse en un competido mercado de bebidas carbonatadas frente a gigantes como Coca-Cola. Inicialmente, Mirinda llegó a las tiendas envasada en botellas pequeñas de vidrio, aunque más tarde adaptaría su formato a lata y plástico.
Era conocida por su sabor dulce y vibrante, ofreciendo una variedad de sabores, siendo el de naranja el más popular. Además de este, también estaban disponibles opciones como piña, limón y manzana, incluyendo frutas tropicales y combinaciones originales en diferentes mercados.
La era de PepsiCo y el auge publicitario
La época dorada de Mirinda coincidió con sus primeros años, y en 1970, PepsiCo adquirió la marca con el objetivo de distribuirla internacionalmente. En su afán de popularizar el producto, PepsiCo patrocinó eventos deportivos, ocupó anuncios en prensa y lanzó diversos regalos y productos de marca. Mirinda llegó a ser parte de la cultura popular, apareciendo en anuncios de televisión y programas como «Mortadelo y Filemón», «Voy a pasármelo bien» y «Cuéntame cómo pasó».
El declive de Mirinda en España: una decisión empresarial controvertida
No obstante, la historia feliz de Mirinda comenzó a desvanecerse en la década de los noventa. PepsiCo, en su intento de competir con Coca-Cola, decidió adquirir Kas, otra empresa española que había sido una gran rival de Mirinda, especialmente en el norte de España. Esta decisión generó un dilema para la compañía estadounidense: gestionar dos marcas que habían competido entre sí. Finalmente, PepsiCo determinó que Kas tenía un mejor posicionamiento entre los consumidores, lo que llevó a la eliminación de Mirinda de la oferta en España.
El legado de Mirinda: presencia limitada pero duradera
A pesar de la desaparición de Mirinda del mercado español, su legado perdura. En algunos países, ha visto su expansión internacional minimizada, enfrentándose a competidores directos como 7UP y Mountain Dew, ambas también bajo el alero de PepsiCo. Sin embargo, Mirinda sigue siendo muy popular en regiones como Asia, Oriente Medio y América Latina. En Europa, todavía se puede encontrar en países como Alemania, Eslovaquia, Rusia, Ucrania y Rumanía.
Es interesante destacar que, aunque los españoles de la Península Ibérica dejaron de disfrutar de esta bebida, Mirinda todavía está disponible en las Islas Canarias. A lo largo de los años, la marca ha sabido adaptarse, renovando su imagen, sabores y fórmulas para alinearse con los gustos locales en los diferentes mercados. Además, en diversas regiones ha reducido su contenido de azúcar para cumplir con regulaciones nutricionales más estrictas, una tendencia que se ha vuelto esencial en la industria alimentaria.
El impacto de la desaparición de Mirinda en el mercado
La decisión de PepsiCo de descontinuar Mirinda en España y priorizar Kas fue una jugada arriesgada en un mercado extremadamente competitivo. Esto plantea una pregunta: ¿se podrían haber gestionado de forma diferente ambas marcas para mantener su presencia y popularidad? La realidad es que la competencia entre gigantes de bebidas ha tenido un impacto significativo en las elecciones del consumidor. Aunque Mirinda dejó de ser una opción para muchos, el fenómeno de la exclusividad de marcas y el cambio en las preferencias de los consumidores son realidades del mercado.
Con todo, la historia de Mirinda nos recuerda la volatilidad del mercado de bebidas y cómo las decisiones empresariales pueden cambiar la trayectoria de productos que fueron, en su momento, muy queridos. La nostalgia de los sabores de Mirinda perdura en la memoria colectiva, y es un ejemplo de cómo la historia de un producto puede entrelazarse con factores económicos, culturales y de consumo. De esta forma, aunque hoy en día no esté presente en muchos hogares españoles, su legado sigue vivo en el paladar de quienes lo disfrutaron, y, sin duda, Mirinda se ha convertido en parte de la historia de las bebidas en España.