Actualizado el 17 de febrero de 2025 por Carlos José Belmonte López
La creencia común sobre el colesterol, considerando siempre sus niveles altos como un riesgo para la salud, es más compleja de lo que muchos piensan. De hecho, un estudio del médico danés Uffe Ravnskow ha puesto en duda esta visión convencional. La investigación muestra que las personas con colesterol ‘malo’ elevado pueden, en algunos casos, vivir más tiempo y tener mejor calidad de vida que aquellas con niveles más bajos.
Resultados no concluyentes
Para entender el peso de este estudio, es fundamental considerar que otros trabajos están alineados con este nuevo enfoque. Según la especialista Andrea Calderón García, directora del Máster de Nutrición, Composición Corporal y Metabolismo de la Universidad Europea de Madrid, «no son pocos los estudios recientes que concluyen que el colesterol no tiene un impacto negativo en la función endotelial». Esta afirmación puede sonar revolucionaria, ya que contradice la creencia mantenida durante años. Sin embargo, como advierte la experta, estas conclusiones deben ser analizadas con prudencia, ya que pueden no considerar otros factores importantes que contribuyen al riesgo cardiovascular.
Entonces, ¿es bueno o es malo?
Para poder decidir si el colesterol debe ser etiquetado como ‘malo’ o ‘bueno’, es esencial conocer su importancia en nuestro organismo. El colesterol cumple funciones vitales: es necesario para la producción de hormonas, la síntesis de vitamina D y el desarrollo de ácidos biliares, que son esenciales para la digestión de grasas. Calderón enfatiza que, si bien el colesterol LDL puede ser considerado ‘malo’ al acumularse en las arterias, el HDL, por otro lado, actúa para eliminar el colesterol dañino, protegiendo así el sistema cardiovascular. De ahí la importancia de un balance adecuado entre ambos: “se recomienda mantener el LDL por debajo de 100 mg/dL y el HDL por encima de 50 mg/dL en hombres y entre 55-60 mg/dL en mujeres”.
La clave, ampliar el foco
Un error común en la interpretación de estudios sobre colesterol es centrarse únicamente en la reducción del LDL sin considerar otros factores. Calderón sugiere que se debería prestar atención a elementos como el consumo de grasas saturadas, azúcares y otros componentes perjudiciales en la dieta. «Eliminar alimentos con colesterol, como los huevos, sin mirar hacia un enfoque más integral, podría llevar a conclusiones erróneas», advierte la experta. Esto plantea la necesidad de una aproximación más holística a la salud cardiovascular.
¿Qué tipos de colesterol existen?
Para entender mejor el impacto del colesterol, es crucial distinguir entre sus dos tipos principales: el colesterol LDL (lipoproteína de baja densidad) y el HDL (lipoproteína de alta densidad). El LDL tiende a acumularse en las arterias y, en niveles elevados, puede contribuir a problemas cardiovasculares. En contrastación, el HDL actúa como un «limpiador» del sistema circulatorio, ayudando a prevenir la acumulación de colesterol dañino. De este modo, no solo se debe medir el colesterol total, sino la distribución entre estos dos tipos para conocer el verdadero riesgo cardiovascular.
Regulación natural del organismo
El cuerpo cuenta con un mecanismo muy eficaz para regular el colesterol. Según Calderón, «si se consume un poco más de colesterol a través de la dieta, el hígado produce un poco menos». Sin embargo, este equilibrio puede alterarse si hay un consumo excesivo y habitual de colesterol, aumentando así los niveles en sangre. En este contexto, se destaca que las condiciones metabólicas de cada individuo son claves: aquellos con una dieta poco saludable o problemas de flexibilidad metabólica podrían experimentar un aumento en la producción de colesterol por parte del hígado.
Y el colesterol bueno, ¿es siempre “bueno”?
Si bien el HDL es reconocido como el «colesterol bueno», Calderón señala que «no se debe interpretar únicamente en términos de cantidad». Es decir, tener un alto nivel de HDL no siempre garantiza un bajo riesgo cardiovascular. Factores como el estrés oxidativo, la inflamación o la resistencia a la insulina pueden influir negativamente en el estado del sistema cardiovascular, incluso con un HDL elevado. Así que, es vital evaluar la salud metabólica en general, porque una persona con un mal perfil metabólico podría enfrentar riesgos a pesar de tener un HDL alto.
El impacto del colesterol en la salud metabólica
El análisis de cómo el colesterol afecta la salud cardiovascular se debe enmarcar dentro de la salud metabólica de cada individuo. La experta sostiene que “si una persona tiene niveles elevados de LDL, pero otros aspectos de su salud metabólica están en buena forma, el riesgo de problemas cardiovasculares podría no ser tan alto”. Esto resalta la complejidad del tema y la necesidad de un abordaje integral en la nutrición y la salud personal.
Por último, es fundamental entender que el colesterol, lejos de ser un enemigo, forma parte de un sistema complejo que sostiene muchas funciones vitales en nuestro cuerpo. La clave está en la moderación y en una dieta equilibrada que considere todos los componentes nutricionales. La educación y la comprensión sobre el colesterol son esenciales para tomar decisiones informadas sobre nuestra salud y bienestar cardíaco.


