Actualizado el 5 de febrero de 2025 por Carlos José Belmonte López
La preocupación por los hábitos alimentarios y la búsqueda de un cuerpo ideal a menudo llevan a muchas personas a seguir dietas milagro o extremas. Sin embargo, este fenómeno ha dado lugar a un nuevo término que está ganando popularidad: el burnout nutricional. Aunque originalmente se refería a un estado de desgaste en el ámbito laboral, hoy se relaciona con el agotamiento físico y mental que sufren aquellos que están obsesionados con llevar una alimentación saludable. Este agotamiento es consecuencia de una intensa preocupación por la alimentación y la búsqueda constante de un estado físico deseado.
El rostro del burnout nutricional
La nutricionista Viviana Loria Kohen, experta en el tema y profesora de la Universidad Complutense de Madrid, explica que este fenómeno no es simplemente un cansancio pasajero. «Este burnout puede llevar a consecuencias serias», apunta, enfatizando que, en el contexto de pautas nutricionales muy restrictivas no guiadas por un profesional, «las personas a menudo se sienten incapaces de seguirlas y terminan abandonándolas». Las dietas no sustentadas por evidencia científica, lejos de ser una solución, pueden derivar en un deterioro del estado nutricional, incluyendo efectos físicos y psicológicos nocivos.
Kohen también destaca que, a pesar de la percepción común, la alimentación no solo debe ser vista desde una perspectiva nutritiva. «Comemos por placer», señala, subrayando que la idea de llevar una dieta restringida compuesta únicamente por ingredientes aburridos como “pechuga y lechuga” termina por causar un desánimo que puede llevar al fracaso. Esto es incluso respaldado por estudios históricos como el de Keys y sus colaboradores en 1950, que evidenció los efectos negativos de la restricción calórica, como la ansiedad y la pérdida de interés social. Este contexto ha llevado a que el término burnout nutricional sea una forma contemporánea de nombrar problemas que, en esencia, son atávicos y ya conocidos.
Conexión entre dieta y salud mental
Pese a la creciente preocupación por el burnout nutricional, muchas personas se siguen aferando a dietas restrictivas. Sin embargo, la experta advierte que este comportamiento puede llevar a consecuencias graves. «En el mejor de los casos, las personas se cansan y abandonan estas dietas», dice Kohen. «Pero aquellos con predisposición pueden acabar desarrollando un trastorno de la conducta alimentaria (TCA)», una enfermedad que a menudo se presenta con graves complicaciones tanto físicas como mentales.
Es esencial recordar que, aunque el burnout nutricional no está formalmente reconocido en categorías como el DSM-5 o la CIE, el riesgo que presenta para la salud mental y física es altamente significativo. Kohen hace un llamado a la población para que no banalice la importancia de una alimentación adecuada, señalando que «saber cómo alimentarnos de manera sana y equilibrada es crucial para el bienestar general».
Retos y oportunidades en la educación nutricional
En España, investigaciones recientes han analizado el impacto de las dietas milagro en la población. La encuesta de DiMilagro, realizada en 2022, señaló que muchos españoles se ven atraídos por estas prácticas debido a la presión social para perder peso rápidamente. Las conclusiones del estudio sugieren que, más que una decisión informada, la adopción de estas dietas se basa en recomendaciones de conocidos o en la autoinformación a través de mediaciones poco fiables, como revistas o anuncios.
Este tipo de planes dietéticos no solo son dañinos para la salud, sino que además frecuentemente van acompañados de la compra de productos milagrosos, lo que puede ser aún más perjudicial. Por lo tanto, es vital que las autoridades sanitarias intensifiquen las acciones para mejorar la educación sobre alimentación y salud en la sociedad. Kohen recalca la necesidad de que todas las personas tengan acceso a servicios de dietética y nutrición en el sistema de salud pública, particularmente a través de modelos multidisciplinarios que incluyan a dietistas-nutricionistas.
Buscando soluciones efectivas
Para superar el burnout nutricional, Kohen propone que lo fundamental es buscar ayuda profesional. Esta ayuda no solo debería centrarse en la evaluación del estado nutricional, sino también en proponer cambios que sean realizables y sostenibles. Una dieta adecuada debe ser variada, apetitosa y adaptada a cada individuo, con un seguimiento periódico para asegurar el progreso.
«Es crucial restablecer la relación positiva con la comida, evitando la trampa de las dietas restrictivas que tanto daño pueden hacer», agrega la experta. En este sentido, es fundamental recordar que una vida equilibrada y saludable puede ser disfrutada sin tener que seguir extremismos que, a largo plazo, solo causan más problemas de los que resuelven.
La combinación de una educación adecuada, el acceso a asesoramiento profesional y un enfoque saludable hacia la alimentación son clave para prevenir el burnout nutricional y cultivar un estilo de vida más consciente y satisfactoria.
«Dado el conocimiento sobre las dietas milagro y la relativamente alta proporción de población que declaran haberlas practicado, es determinante que las autoridades sanitarias tomen medidas para incrementar la alfabetización de los ciudadanos en alimentación y salud», concluye Kohen.
«Es capital que la población tenga acceso gratuito al servicio asistencial de dietética y nutrición»