Actualizado el 13 de enero de 2025 por Carlos José Belmonte López
La alimentación desempeña un papel esencial en nuestra salud, y las decisiones que tomamos diariamente pueden marcar una diferencia significativa. Cada vez más expertos en nutrición y bienestar advierten sobre los riesgos de consumir ciertos productos que, aunque comunes, están relacionados con problemas como diabetes, enfermedades cardiovasculares o hipertensión. Muchos de estos problemas se agravan sin que nos demos cuenta, por lo que es crucial prestar atención a nuestra dieta.
Alimentos a evitar para una mejor salud
El experto en bienestar Cristóbal Amo Martín ha compartido recientemente en un vídeo cuál son los tres alimentos que jamás incluiría en su dieta. Según sus declaraciones, estos productos no solo afectan la calidad de vida, sino que también están vinculados a un incremento en el riesgo de desarrollar diversas patologías. Su postura invita a reflexionar sobre cómo pequeños cambios pueden traducirse en grandes beneficios para la salud.
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Entre los alimentos que destaca se encuentran los refrescos o gaseosas, los aceites vegetales refinados y la sal de mesa. Cada uno de ellos, según Amo Martín, presenta componentes que afectan negativamente al organismo, desde el aumento de triglicéridos hasta el incremento del colesterol malo, pasando por el riesgo de hipertensión arterial.
El impacto de los refrescos en la salud
Los refrescos son uno de los productos más consumidos en el mundo, pero su alto contenido en jarabe de maíz de alta fructosa y ácido fosfórico los convierte en una opción poco saludable. Cristóbal Amo Martín advierte que estos ingredientes están directamente relacionados con el aumento de los triglicéridos, lo que puede derivar en un 22% más de padecer diabetes, así como en enfermedades cardiovasculares. Otros estudios relacionan el consumo de refrescos con un aumento del riesgo de cáncer de mama, por lo que limitar su consumo o sustituirlos por alternativas naturales, como agua o infusiones, puede ser un paso crucial hacia una vida más saludable.
El riesgo de cocinar con aceites vegetales refinados
Los aceites vegetales utilizados comúnmente en la cocina también han sido señalados por el experto. Su consumo frecuente puede contribuir al aumento del colesterol LDL, conocido como colesterol malo, y a la resistencia a la insulina, un factor de riesgo para la diabetes tipo 2. Un artículo publicado en la Revista Cubana de Investigaciones Biomédicas reflejó un aumento de las enfermedades crónicas no transmisibles ligado a un aumento del consumo de aceites refinados. Por lo tanto, optar por aceites no refinados, como el de oliva virgen extra, puede marcar una gran diferencia en la calidad de la dieta.
La sal de mesa y su relación con la hipertensión
El tercer alimento que Cristóbal Amo Martín evita es la sal refinada de mesa, ya que su consumo excesivo puede elevar los riesgos de padecer hipertensión. Un artículo publicado en la Revista Mexicana de Trastornos Alimentarios analizó las implicaciones para la salud pública del consumo de sal refinada y el aumento de hipertensión, enumerando los planes de acción para reducir la sal en los alimentos. Como alternativa, recomienda el uso de sal marina, que contiene minerales beneficiosos y es menos procesada, lo que la convierte en una opción más saludable.
Siempre es mejor contar con un enfoque preventivo en nuestras elecciones alimenticias. Adoptar hábitos saludables no solo ayuda a evitar problemas futuros, sino que también mejora la calidad de vida en el presente. Informarnos sobre los alimentos que consumimos y vigilar nuestra dieta diaria es una acción simple y eficaz. Cambios menores, como leer etiquetas, optar por opciones naturales y reducir el consumo de ultraprocesados, pueden tener un impacto positivo sin necesidad de esperar a que aparezcan complicaciones.
Asimismo, es importante que recordemos que nuestra salud es una inversión a largo plazo. Optar por alimentos nutritivos no solo nos ayuda a sentirnos mejor, sino que también puede prolongar nuestra vida. Como nutricionista, puedo afirmar que hay un nutriente en particular que se considera el «mejor amigo» de la salud, y incluirlo en nuestra dieta es una decisión acertada que puede enriquecer nuestras vidas de maneras que apenas empezamos a comprender.
Por último, nunca está de más preocuparse por el balance hormonal en el cuerpo, ya que este puede influir en el almacenamiento de grasa, especialmente en la zona abdominal. Comprender cómo funcionan estos mecanismos y aplicar algunos consejos prácticos que un nutricionista nos puede dar es fundamental para mantener un peso saludable y un bienestar integral.
De esta manera, prevenimos enfermedades y promovemos un estilo de vida que estará a favor de nuestra salud. Así que, reflexionemos sobre lo que comemos y consideremos que, en la mayoría de los casos, cuidar nuestra dieta es el primer paso hacia una mejor calidad de vida.