Ni tomate frito ni salsas: cómo elegir el más saludable según la nutricionista

Actualizado el 10 de diciembre de 2024 por Carlos José Belmonte López

El tomate se posiciona como uno de los alimentos más destacados de la dieta mediterránea, siendo un ingrediente esencial tanto en su forma cruda como cocinada. Aparte de ser reconfortante y versátil, el tomate también es el protagonista en diversas preparaciones, destacando especialmente en forma de salsas y tomate frito, que suelen encontrarse en los estantes de los supermercados.

Diferencias clave entre tomate frito y salsas

Una de las diferencias más significativas que se presentan entre el tomate frito y las salsas es su regulación. Según la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU), el Real Decreto 858/1984 establece que el tomate frito debe contener más de un 25% de tomate, con variaciones que pueden ir del 26% al 92%, dependiendo del producto en cuestión. En contraste, las salsas tienden a ser más líquidas y menos densas, y pueden incluir una variedad mayor de ingredientes como hierbas o hortalizas.

A nivel nutricional, es importante mencionar que ambas opciones son bastante comparables, con un aporte calórico que se sitúa alrededor de 46 kcal por ración de 50 g para el tomate frito y 43 kcal para las salsas. Sin embargo, siempre es recomendable estar atentos a los ingredientes.

Consejos de una nutricionista

La nutricionista y cocinera Marta Verona ha compartido varias recomendaciones en su cuenta de Instagram sobre cómo seleccionar el tomate frito que sea más saludable. En sus consejos, afirma que es esencial revisar las etiquetas de los productos y optar por aquellos que contengan «menos de un 1% de sal y menos de un 8% de azúcar». Es importante destacar que el tomate triturado ya presenta aproximadamente un 4% de azúcar de forma natural, lo que hace aceptable que un tomate frito tenga hasta un 8% de azúcar añadido desde una perspectiva nutricional.

Verona también resalta que «un buen sofrito con hortalizas puede aportar dulzor de forma natural», lo cual es ideal para quienes desean evitar azúcares añadidos. Para los que cuentan con menos tiempo para preparar salsas caseras, recomienda elegir productos que contengan aceite de oliva virgen extra y que tengan un bajo contenido de sal y aditivos, lo que permite mantener una dieta equilibrada sin sacrificar la comodidad.

Análisis de la OCU sobre el tomate frito y el triturado

Para ayudar a los consumidores a escoger un tomate frito de calidad, la OCU realizó un estudio en el cual examinó 113 productos, abarcando tomates triturados, fritos y salsas. Los resultados indican que el tomate triturado es la opción más natural, aunque contiene aditivos como el E330 (ácido cítrico), que se considera seguro. A pesar de esto, es recomendable consumirlo moderadamente, dado que se trata de un producto procesado.

En cuanto al tomate frito y las salsas, la OCU hace hincapié en que sus niveles de grasas saturadas son generalmente bajos, aunque recomienda estar atentos a la sal, especialmente para aquellas personas que padecen hipertensión. Recuerda que, al tratarse de alimentos procesados, su consumo debe ser moderado.

El estudio revela que, de los 16 productos de tomate triturado revisados, 13 contienen sal, y algunos incluyen fructosa como alternativa al ácido cítrico. Esto convierte al tomate triturado en una opción ideal para quienes buscan alimentos con menos ingredientes añadidos. Sin embargo, se reitera la importancia de leer cuidadosamente las etiquetas de los productos.

Alternativas saludables para disfrutar del tomate

Si deseas realizar una salsa de tomate casera pero te preocupan la acidez y el sabor, hay un truco efectivo que no implica añadir azúcar ni leche. La clave está en equilibrar los sabores, por ejemplo, utilizando zanahorias ralladas o un poco de azúcar de caña, lo que ayudará a suavizar la acidez sin comprometer la integridad del sabor del tomate. Esto es especialmente útil para quienes buscan una alternativa más saludable y natural.

Además, si te preocupa el contenido calórico o la presencia de aditivos en los productos industriales, siempre puedes considerar la opción de cultivar tus propios tomates en casa, lo que te permitirá disfrutar de una fruta fresca, sin aditivos ni conservantes.

Conclusiones finales

El uso del tomate en la cocina es una forma excelente de aportar sabor y nutrientes a nuestra dieta. Ya sea a través de salsas, tomate frito o en su forma más natural, es fundamental estar informados sobre las opciones disponibles y hacer elecciones que favorezcan nuestra salud. Al revisar las etiquetas y optar por productos de calidad, puedes disfrutar de los beneficios del tomate sin excesos.

La combinación de un enfoque consciente sobre lo que consumimos, junto con algunos consejos prácticos de nutricionistas, puede ayudarnos a mantener una dieta equilibrada, sabrosa y nutritiva. Por lo tanto, a la hora de elegir entre tomate frito y salsas, los consumidores deben tener en cuenta la calidad del producto y la cantidad de ingredientes añadidos para tomar decisiones informadas y saludables.

German Fuertes Otero
German Fuertes Oterohttps://www.google.com/search?kgmid=/g/11p5t5jsss
CEO en PharmaSalud.net. Licenciado en medicina por la Stanford Medicine: Stanford, California, US, Máster en University of Cambridge: Cambridge, Cambridgeshire, GB y University of Oxford: Oxford, Oxfordshire, GB. Doctorado en Harvard University Harvard Catalyst: Cambridge, MA, US

Aunque pueda contener afirmaciones, datos o apuntes procedentes de instituciones o profesionales sanitarios y la información contenida en PharmaSalud esté redactada por profesionales en medicina, recomendamos al lector que cualquier duda relacionada con la salud sea consultada con un profesional del ámbito sanitario.

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