Rafael Santandreu explica cómo diferenciar y tratar la ansiedad de ataques de pánico

Actualizado el 2 de marzo de 2025 por Carlos José Belmonte López

La salud mental ha comenzado a recibir la atención que realmente merece, en parte gracias a la divulgación de datos relevantes sobre su situación en España. Según la Confederación de Salud Mental de España, un 6,7% de la población padece ansiedad, cifra que se equipara a la de aquellos que sufren de depresión. Alarmantemente, estas condiciones afectan en mayor medida a mujeres (9,2%) en comparación con los hombres (4%).

¿Qué es un ataque de pánico?

Un ataque de pánico es una experiencia completamente diferente a la ansiedad generalizada. Se caracteriza por ser una crisis intensa y repentina que puede surgir sin previo aviso, generando efectos desconcertantes para quien lo experimenta.

Los síntomas de un ataque de pánico son físicos y muy intensos, y pueden incluir taquicardia, dificultad para respirar, sudoración, y una abrumadora sensación de miedo a morir o perder el control. Estos síntomas pueden ser tan penetrantes que llevan a las personas a pensar que están teniendo una emergencia médica, como un ataque al corazón. Los síntomas típicos de un ataque de pánico incluyen:

  • Miedo intenso y repentino.
  • Taquicardia y palpitaciones.
  • Dificultad para respirar.
  • Mareo o sensación de desmayo.
  • Sudoración excesiva.
  • Dolor en el pecho.
  • Sensación de perder el control o morir.

A menudo, un ataque de pánico alcanza su punto máximo en solo unos minutos (normalmente entre 10 y 30 minutos) y no se puede relacionar fácilmente con situaciones específicas.

Diferencias claves entre ansiedad generalizada y ataque de pánico

La principal diferencia radica en la intensidad y duración de los síntomas. La ansiedad generalizada, por un lado, es una preocupación persistente y moderada que mantiene a la persona en un estado de inquietud constante. En contraste, el ataque de pánico es una crisis repentina de ansiedad extremadamente intensa, que aunque breve, provoca un malestar físico y psicológico que puede ser confundido con problemas de salud graves.

En términos de causas, un ataque de ansiedad generalmente se vincula a situaciones específicas que generan estrés, como un examen o un conflicto personal. En cambio, los ataques de pánico no tienen una causa identificable, lo que causa una mayor confusión y temor en la persona que lo experimenta.

¿Qué es la ansiedad generalizada?

La ansiedad generalizada se define como un trastorno caracterizado por una preocupación persistente y excesiva en diferentes aspectos de la vida, incluyendo el trabajo, las relaciones familiares y problemas económicos. Este tipo de ansiedad no aparece de forma abrupta, sino que se desarrolla gradualmente, afectando profundamente la vida del individuo.

Según el psicólogo Rafael Santandreu, la ansiedad generalizada puede presentarse durante períodos prolongados, causando un nivel de malestar constante. Los síntomas pueden incluir:

  • Inquietud constante.
  • Fatiga generalizada.
  • Dificultad para concentrarse.
  • Irritabilidad sin motivo aparente.
  • Tensión muscular.
  • Problemas de sueño, como insomnio.

Cómo abordar un ataque de pánico

Cuando se trata de un ataque de pánico, la estrategia de afrontamiento puede diferir. Santandreu sugiere aceptar las sensaciones y el miedo en lugar de luchar contra ellos. Esta aceptación puede ayudar a disminuir su intensidad.

Aunque la duración del ataque es corta, las repercusiones emocionales pueden persistir, por lo que es crucial que la persona enfrente gradualmente el miedo sin tratar de evitarlo.

La terapia cognitivo-conductual también se presenta como una alternativa efectiva, ya que permite a las personas abordar y reinterpretar las sensaciones físicas asociadas con el pánico, brindando herramientas para manejarlas de forma saludable.

Cómo abordar la ansiedad generalizada

Para la ansiedad generalizada, la terapia cognitivo-conductual (TCC) es uno de los tratamientos más eficaces. Esta terapia se enfoca en identificar y cambiar los pensamientos irracionales, promoviendo la gestión del estrés y la implementación de técnicas de relajación.

Santandreu destaca la importancia de desacelerar el ritmo de vida para romper el ciclo de ansiedad constante. Se aconseja practicar mindfulness, meditación o actividades relajantes que permitan desconectar de las preocupaciones cotidianas. Es crucial también limitar las creencias negativas que alimentan la ansiedad, para adoptar una visión más equilibrada y positiva.

En definitiva, aunque los ataques de ansiedad y los ataques de pánico muestran algunos síntomas comunes, se trata de trastornos distintos en cuanto a sus causas, duración e intensidad. Mientras que la ansiedad generalizada implica un estado de preocupación continua, los ataques de pánico son episodios abruptos de ansiedad extrema que pueden surgir sin ningún motivo aparente.

German Fuertes Otero
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CEO en PharmaSalud.net. Licenciado en medicina por la Stanford Medicine: Stanford, California, US, Máster en University of Cambridge: Cambridge, Cambridgeshire, GB y University of Oxford: Oxford, Oxfordshire, GB. Doctorado en Harvard University Harvard Catalyst: Cambridge, MA, US

Aunque pueda contener afirmaciones, datos o apuntes procedentes de instituciones o profesionales sanitarios y la información contenida en PharmaSalud esté redactada por profesionales en medicina, recomendamos al lector que cualquier duda relacionada con la salud sea consultada con un profesional del ámbito sanitario.

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