Actualizado el 30 de noviembre de 2024 por Carlos José Belmonte López
Es común escuchar que no hay alimentos buenos y malos, sino que su impacto en la salud depende de su cantidad y de la frecuencia con que los consumimos. Sin embargo, este principio no se aplica igual a todas las categorías de alimentos. Hay algunos que, definitivamente, deberíamos evitar por completo o, al menos, reducir bastante su consumo. Esto es especialmente importante dado que ciertos alimentos han sido vinculados con un aumento en el riesgo de varios tipos de cáncer.
Dieta y cáncer
Nichole Andrews, dietista y nutricionista especializada en oncología, se ha hecho un nombre en el ámbito de la nutrición a través de sus explicativos vídeos en TikTok. Uno de sus contenidos más destacados, que ha logrado más de tres millones de visualizaciones, aborda un tema crucial: los diez alimentos que nunca recomienda. En este listado, varios alimentos en particular han recibido atención mediática y, aunque a menudo se les percibe de manera favorable, su realidad es menos alentadora.
Los alimentos mencionados por Andrews incluyen aquellos que ya son considerados problemáticos por la comunidad científica. Ejemplos claros son el alcohol, las carnes procesadas y los embutidos, que poseen suficiente evidencia científica para justificar una reducción en su consumo o incluso evitarlos del todo. Esto se debe a que estos productos se clasifican como carcinógenos potenciales.
Añadidos peligrosos
En el caso del alcohol, Andrews reconoce que hay un debate en torno a sus supuestos beneficios para la salud cuando se consume en moderación. Sin embargo, enfatiza que incluso una copa de vino al día puede estar relacionada con riesgo de hasta siete tipos distintos de cáncer. Las carnes procesadas y los embutidos, por otro lado, también se asocian estrechamente con un mayor riesgo de cáncer de colon. Este fenómeno se conecta con el consumo de alimentos ultraprocesados, que son problemáticos no solo a nivel de cáncer, sino también para la salud en general.
Además, están las bebidas azucaradas, que, gracias a su alta densidad calórica, contribuyen al aumento de peso y, por ende, están vinculadas a un mayor riesgo de cáncer. Como explica Andrews, «para mantener un buen nivel de tejido graso corporal, necesitamos equilibrar nuestro consumo calórico, y los refrescos azucarados aportan muchas calorías adicionales». Esta situación es relevante porque el sobrepeso y la obesidad se han asociado con hasta 13 tipos diferentes de cáncer, según la nutricionista.
Alimentos sorprendentes en la lista
Andrews también menciona otros alimentos en su lista, como perritos calientes, azúcar blanco, cereales procesados y carne roja, que caen en las categorías de exceso de azúcar y alimentos ultraprocesados. Resulta fundamental ser conscientes de las piezas que componen nuestra alimentación para hacer cambios significativos.
No obstante, hay dos alimentos que pueden sorprender por su inclusión. En primer lugar, está el café, que aunque no incrementa el riesgo de cáncer, puede ser problemático si se le añaden azúcares, edulcorantes y otros ingredientes como el caramelo. La clave está en disfrutarlo sin añadidos, para que se mantenga como una opción saludable.
El otro alimento mencionado son las bebidas vegetales, erróneamente denominadas leches vegetales. Aunque estas bebidas no aumentan el riesgo de cáncer, Andrews enfatiza la necesidad de tener cuidado con su consumo: «Prefiero la leche de vaca, que está repleta de nutrientes».
Nutrición y alternativas saludables
El problema con muchas bebidas vegetales radica en su deficiencia nutricional. La leche de vaca es rica en calcio y otros nutrientes que las alternativas vegetales no pueden igualar, a menos que sean enriquecidas artificialmente. Algunas opciones vegetales, como la bebida de soja, pueden ser aceptables en ciertos contextos, pero es importante reconocer que no superan a la leche de vaca en términos de valor nutricional.
Por otro lado, la bebida de soja es conocida por ser rica en isoflavonas, que tienen beneficios para la salud cardiovascular. Sin embargo, su sabor puede no ser del agrado de todos y su contenido en antinutrientes podría ser problemático para algunas personas. Otros ejemplos de bebidas vegetales incluyen la bebida de arroz, que es alta en azúcares pero baja en nutrientes, la bebida de coco, que carece de proteínas, y la bebida de almendras, que aunque es rica en grasas saludables, no aporta suficientes cantidades de nutrientes esenciales como proteínas o carbohidratos.
En resumen, la calidad nutricional de la leche de vaca la convierte en una opción preferible sobre muchas bebidas vegetales. Estas últimas normalmente carecen del aporte de calcio y vitamina D que tiene la leche de vaca, además de contar con un mayor contenido de azúcar. Aunque las bebidas vegetales pueden ser adecuadas en caso de alergias o intolerancias, los expertos, incluida Andrews, siguen recomendando consumir leche de vaca siempre que sea posible.