Actualizado el 14 de enero de 2025 por Carlos José Belmonte López
La Consejería de Sanidad de Castilla-La Mancha ha detectado un posible brote de triquinosis en la provincia de Ciudad Real que, de momento, afecta a 12 personas del mismo núcleo familiar. Este brote está relacionado con la ingesta de carne de un jabalí que había sido cazado para autoconsumo, lo que pone de manifiesto la importancia de la seguridad alimentaria y las prácticas adecuadas al momento de consumir carne de caza.
El peligro de la triquinosis
La triquinosis o triquinelosis es una enfermedad parasitaria de origen zoonótico que afecta a mamíferos silvestres y domésticos, incluidos los seres humanos. La enfermedad es provocada por una infección con gusanos nematodos parásitos del género Trichinella. En España, esta patología es de declaración obligatoria, lo que significa que debe ser comunicada de forma inmediata a las autoridades competentes para poder actuar rápidamente y evitar su propagación.
A nivel europeo, la legislación establece normas específicas para el control de la triquinelosis. Esto incluye la obligación de realizar pruebas sistemáticas para detectar Trichinella en todos los cerdos, jabalíes y caballos sacrificados, salvo aquellos que provengan de explotaciones oficiales con condiciones controladas de alojamiento. Esta regulación es esencial para proteger la salud pública y garantizar la comida segura para los consumidores.
Datos sobre la infección
La mayoría de los casos de triquinosis son causados por Trichinella spiralis, aunque en diferentes regiones del mundo pueden encontrarse otras especies como Trichinella pseudospiralis y Trichinella britovi. En total, existen ocho especies confirmadas que infectan a los humanos y es crucial entender que la infección proviene comúnmente de la ingesta de carne cruda o poco cocida de jabalí o cerdo doméstico.
Globalmente, se estima que entre 10 y 11 millones de personas están infectadas actualmente por triquinosis, con aproximadamente 10,000 casos reportados anualmente. Esta cifra resalta el alcance del problema y la necesidad de concienciar a la población sobre los riesgos de consumir carne de caza que no ha sido analizada correctamente.
Transmisión del parásito
La triquinosis tiene dos ciclos principales de transmisión: los ciclos domésticos y los selváticos. En los primeros, el ganado puede alimentarse con restos de carne infectada, lo que es menos común en la Unión Europea debido a buenas prácticas de manejo y vigilancia. Sin embargo, el ciclo selvático, más habitual en España, implica que los huéspedes se infectan al consumir carne de animales que portan el parásito, lo que subraya la importancia de realizar análisis antes de consumir carne de caza.
Características y síntomas de la triquinosis
Los síntomas de la enfermedad dependen de la etapa infectiva. En la fase intestinal, que ocurre uno o dos días después de la ingestión, los síntomas incluyen diarrea leve, náuseas, vómitos, dolor abdominal y fiebre. Después de dos a seis semanas, los síntomas intestinales disminuyen y surgen manifestaciones más graves, como mialgia, fatiga y problemas respiratorios, que pueden resultar de la migración de larvas a los músculos y otros órganos.
Los humanos presentan mayor riesgo cuando consumen carne cruda o mal cocinada, principalmente de cerdos o jabalíes, animales que son conocidos por ser huéspedes de Trichinella. Por lo tanto, es esencial realizar un correcto cocinado de la carne, asegurando que se alcance una temperatura interna superior a los 71 ºC para eliminar cualquier riesgo de infección.
Prevención: medidas fundamentales
La prevención es la clave para evitar la infección por triquinosis. Es vital que no se consuma carne de caza que no haya sido analizada previamente y que cualquier embutido elaborado con carne sospechosa sea destruido. Para los criadores de cerdos domésticos, evitar alimentarlos con carne cruda, sobras o cadáveres de animales es crucial para cortar la cadena de transmisión.
Además, es fundamental adoptar prácticas de higiene adecuadas al manipular carne cruda, como lavarse las manos con agua y jabón y limpiar los utensilios utilizados. Desafortunadamente, métodos como la salazón, el ahumado o la congelación no son efectivos para eliminar el parásito en la carne de animales salvajes, lo que subraya aún más la importancia de la cocción.
Tratamiento disponible
Una vez confirmado el diagnóstico de triquinosis, el tratamiento debe iniciarse lo antes posible. Los antihelmínticos como el albendazol y el mebendazol son los principales medicamentos utilizados, aunque su efectividad se reduce una vez que las larvas se enquistan en los músculos esqueléticos.
Al final, recordemos que la clave para evitar la triquinosis está en la prevención a través de la educación y la implementación de buenas prácticas de higiene y control alimentario, lo que protegerá tanto la salud individual como la comunitaria.
* Raúl Rivas González es Catedrático de Microbiología. Miembro de la Sociedad Española de Microbiología, Universidad de Salamanca.
** Este artículo se publicó originalmente en The Conversation.