Actualizado el 15 de diciembre de 2024 por Carlos José Belmonte López
La salud no es una ciencia finita; seguir un manual no nos garantiza estar libres de peligros o riesgos. Sin embargo, siempre existe la posibilidad de tomar decisiones que nos acerquen a una situación más segura. Una de las claves fundamentales de nuestro bienestar radica en el cuidado de nuestra alimentación.
Elegir productos saludables
Elegir ciertos productos alimenticios puede contribuir a una dieta más equilibrada en comparación con una alimentación rica en grasas y azúcares. No solo comer sano puede prolongar nuestra vida, sino que también permite que vivamos de manera más plena durante esos años. Sin embargo, esta tarea no siempre es fácil, ya que es sencillo ceder a ciertos placeres y excesos.
La importancia de una dieta estructurada
La manera en que estructuramos nuestra dieta es crucial. Hay opciones ampliamente conocidas, como la famosa dieta mediterránea, aunque hay detalles que aún nos son ajenos por no profundizar en ellas.
Dietas populares en la actualidad
Otras dietas muy reconocidas incluyen la dieta paleolítica, basada en alimentos similares a los consumidos durante la era paleolítica, como carnes magras, pescado, frutas, verduras, frutos secos y semillas. Asimismo, está la dieta DASH, que se centra en productos bajos en sal y ricos en potasio, calcio y magnesio.
Junto a estas, existen dietas populares como la dieta keto, la cetogénica, la atkins y aquellas que incluyen el ayuno intermitente. No obstante, hay una dieta menos conocida en gran parte de España, pero que según expertos posee múltiples virtudes y ventajas. Se trata de la dieta atlántica, cuyo impacto en la salud es tan positivo que se ha demostrado que reduce los niveles de mortalidad.
Una mirada a la dieta atlántica
Un patrón de alimentación beneficioso
La dieta atlántica es un patrón de alimentación poco conocido en la parte central y sur de España, aunque en regiones como Galicia y el norte de Portugal es bastante popular. Quienes la siguen reportan beneficios significativos.
Este programa nutricional no solo ayuda a reducir los niveles de mortalidad, sino que también disminuye el riesgo de enfermedades graves, como afecciones cardiovasculares y cáncer. En términos de beneficios adicionales, mejora la microbiota intestinal y combate el sobrepeso y la obesidad.
Investigaciones recientes sobre la dieta atlántica
El XX Congreso Nacional de la Sociedad Española de Obesidad, celebrado en Santiago de Compostela, presentó un estudio que analizaba esta dieta en diversos países, incluido España. La profesora Rosario Ortolá, del Departamento de Medicina Preventiva y Salud Pública de la Facultad de Medicina de la Universidad Autónoma de Madrid, expuso las conclusiones del estudio.
Según Ortolá, «una mayor adherencia a la dieta atlántica está relacionada con una menor mortalidad por todas las causas, desde causas cardiovasculares hasta cáncer, mostrando beneficios similares a otros patrones dietéticos saludables». Esto se basa en datos concretos que revelan que las personas que siguen estas dietas tienen un índice de mortalidad del 15%.
Beneficios de la dieta atlántica
Además de reducir la mortalidad, esta dieta se asocia con niveles más bajos en varios factores de riesgo cardiovascular como el colesterol, los triglicéridos, la resistencia a la insulina y la presión arterial, entre otros.
La profesora subraya que los beneficios son numerosos: no solo se preserva un buen estado de ánimo, sino que también se cuida la microbiota intestinal. Por otra parte, es especialmente recomendable para personas de mayor edad.
El enfoque alimenticio de la dieta atlántica
La dieta atlántica se caracteriza por un elevado consumo de alimentos frescos y de temporada, de origen local. Entre ellos destacan las frutas, verduras y cereales integrales. También incluye pan, legumbres, patatas, pescado y productos lácteos.
Respecto al pescado, se recomienda su consumo entre tres y cuatro veces por semana, incluyendo mariscos. En el caso de los lácteos, se sugiere optar por leche y queso, y se aconseja reducir el consumo de carne de ternera y cerdo. En contraste, frutas y verduras deben consumirse a diario, priorizando alimentos como el grelo, la berza o el repollo. Además, el uso de aceite de oliva y la inclusión de vino en las comidas son parte de esta dieta.
Un aliado en la lucha contra el sobrepeso
La dieta atlántica es una gran aliada para quienes padecen sobrepeso. El estudio GALIAT demostró que en un periodo de seis meses se pueden mejorar factores como el peso corporal, reduciendo así el IMC, las medidas de adiposidad e incluso los niveles de colesterol.
Según María del Mar Calvo Malvar, del Hospital Clínico Universitario de Santiago de Compostela, «en 6 meses, los adultos del grupo de intervención perdieron 1,1 kg de peso corporal y redujeron 5,2 mg/dl de colesterol total en comparación con el grupo control. Las mejoras en otras variables antropométricas y en el colesterol LDL confirman los efectos positivos de la dieta atlántica sobre la adiposidad y el perfil lipídico».