Actualizado el 22 de diciembre de 2024 por Carlos José Belmonte López
Un estudio reciente ha revelado que el cuerpo humano tiende a elegir la opción con mayor contenido energético, independientemente del sabor y la textura de los alimentos. Esta preferencia por los alimentos más calóricos se observa tanto en personas con obesidad como en aquellas sin problemas de peso, según la investigación liderada por el profesor Albino Oliveira-Maia de la Fundación Champalimaud en Portugal, publicada en PLOS Biology.
Las señales del cerebro y el contenido energético
El proceso de alimentación no solo es una cuestión de satisfacción gustativa; comer también envía señales al cerebro que informan sobre el contenido energético de un alimento. Esto influye en las preferencias alimentarias de forma independiente al sabor. En particular, las personas obesas presentan alteraciones en las regiones del cerebro donde se libera dopamina, lo que puede llevar a una alimentación impulsada por la recompensa y una preferencia marcada por alimentos altos en energía, grasas y azúcares.
Impacto de la cirugía bariátrica en los hábitos alimenticios
La investigación ha mostrado que la pérdida de peso tras la cirugía bariátrica se asocia con una normalización en la alimentación basada en la recompensa, lo que puede resultar en un cambio de preferencias hacia opciones más saludables. Sin embargo, los mecanismos detrás de este fenómeno son aún poco comprendidos.
Metodología del estudio
Para llevar a cabo esta investigación, los científicos examinaron a un amplio grupo de voluntarios sanos y compararon las preferencias alimentarias en tres grupos distintos: 11 individuos con obesidad, 23 pacientes que habían sido sometidos a cirugía bariátrica y 27 sujetos de control no obesos. Se ofreció a todos los participantes yogur bajo en grasa, endulzado con y sin maltodextrina, un carbohidrato que agrega calorías al yogur sin modificar su sabor o textura.
Resultados del consumo de yogur
Los resultados mostraron que todos los participantes consumieron más yogur endulzado con maltodextrina que el yogur sin el aditivo, a pesar de que ambos se calificaron como igualmente agradables. Este hallazgo fue algo inesperado; los efectos de la maltodextrina fueron similares en personas con obesidad y en aquellas con normopeso.
Investigación neuroquímica y dopamina
Además, el estudio utilizó un enfoque especializado, incluyendo el marcaje con yodo radiactivo y tomografía computarizada por emisión de fotón único para visualizar los receptores de dopamina en el cerebro. De acuerdo con investigaciones anteriores, se observó que las personas con obesidad tienen una menor disponibilidad de receptores de dopamina en comparación con los controles no obesos.
Reversibilidad de los cambios cerebrales
Curiosamente, la disponibilidad de receptores de dopamina fue similar en los grupos de pacientes quirúrgicos y en aquellos no obesos, correlacionándose con una alimentación más restringida. Esto sugiere que los cambios cerebrales asociados a la obesidad podrían revertirse tras la cirugía bariátrica, lo que a su vez podría influir en la cantidad de alimentos consumidos, aunque no necesariamente en los tipos de alimentos preferidos.
El profesor Oliveira-Maia destaca un aspecto sorprendente de los resultados: «Nos llamó mucho la atención que, aunque la conducta se orientara hacia el consumo de yogures con mayor contenido energético, esto no pareciera ser el resultado de elecciones explícitas, ya que no se encontraron cambios consistentes en el agrado de los sabores enriquecidos con carbohidratos».
Conclusiones finales y reflexiones
Por último, los autores concluyen que «es importante destacar que esta conducta se mantuvo en pacientes con obesidad y después de la cirugía de pérdida de peso, a pesar de que existían diferencias importantes en su sistema dopaminérgico cerebral». Esto sugiere que las dinámicas entre dopamina, preferencia alimentaria y comportamiento alimenticio son complejas y merecen una atención más profunda en futuras investigaciones.