Actualizado el 19 de marzo de 2025 por Carlos José Belmonte López
El salmón es un alimento muy popular en la dieta española, pero pocos son los que conocen las diferencias significativas entre el salmón salvaje y el salmón de criadero o piscifactoría. Mientras que el primero proviene de océanos, ríos y lagos y es apreciado por su sabor y su valor nutritivo, el segundo se cría principalmente en Noruega, Escocia e Irlanda y se encuentra en la mayoría de las estanterías de supermercados en España.
Las diferencias en la alimentación
Un aspecto clave que distingue ambos tipos de salmón es su alimentación. El salmón salvaje consume krill y camarones durante su vida en libertad. Esta dieta rica en nutrientes es la responsable del color anaranjado vibrante que los caracteriza. En contraposición, el salmón de piscifactoría, como bien indica el Dr. Manuel Viso en un reel de Instagram, tiene un color que podríamos considerar poco auténtico: “su color es más falso que las pestañas de una muñeca”.
El pigmento responsable del color
Como explica Viso en su vídeo, el color distintivo del salmón salvaje se debe a la astaxantina, un pigmento que se encuentra en la dieta de estos peces. El Dr. Viso comenta que el salmón salvaje del norte tiende a ser más rojizo debido a su mayor consumo de krill, mientras que el salmón salvaje del sur presenta un tono más anaranjado gracias a la presencia de camarones en su dieta. Ambos tipos comparten el mismo pigmento, aunque la fuente de astaxantina varía y afecta el matiz del color.
La realidad del salmón de piscifactoría
La verdad es que la mayoría del salmón que consumimos hoy en día no es salvaje. Viso menciona que el salmón de piscifactoría no es rosa, es gris, ya que su alimentación se basa en pienso y no incluye ni krill ni camarones. Para conseguir esa coloración rosada o anaranjada que tanto gusta a los consumidores, se recurre a la suplementación con astaxantina, ya sea a través de camarones triturados o microalgas.
Suplementación y seguridad alimentaria
El Dr. Viso también señala que este proceso de coloración es similar a un «tinte capilar para peces». Se utiliza el compuesto E-161J para lograr la coloración deseada en el salmón de piscifactoría, y este compuesto está regulado y se ha demostrado que es seguro para la salud. En Europa, el límite para este colorante es de 100 mg por kilo de pienso, aunque típicamente no se excede los 60 mg por kilo. Esto es clave para los consumidores, ya que asegura que el salmón que compran no representa un riesgo para la salud.
Aspectos nutricionales
Además de las diferencias en el color, es importante considerar las cuestiones nutricionales. Según el Dr. Viso, la densidad nutricional del salmón salvaje es generalmente superior a la del salmón de piscifactoría. Esto se debe a que los salmones criados en piscifactoría son alimentados con un pienso alto en grasas y proteínas para promover su crecimiento. Como resultado, suelen tener un mayor contenido de grasa, que en su mayoría proviene de ácidos grasos omega-6, en lugar de omega-3. Aunque ambos tipos de salmón son saludables, la proporción de omega-3 a omega-6 es más favorable en el salmón salvaje.
Conclusiones para el consumidor
En resumen, es fundamental que los consumidores estén informados sobre las diferencias entre el salmón salvaje y el de piscifactoría. ¿Qué diferencia hay realmente entre lo que vemos en la estantería del supermercado y lo que proviene de la naturaleza? La respuesta está en su alimentación y en las prácticas de cultivo que utilizan elementos como la astaxantina para alterar su color, afectando así su perfil nutricional. Con esta información, los consumidores podrán tomar decisiones más conscientes sobre los productos que eligen para su dieta diaria.
Por lo tanto, al elegir salmón, valora tanto su origen como las características nutricionales que cada tipo ofrece. Al final, la salud y la calidad de los alimentos que consumimos deben ser siempre una prioridad en nuestras decisiones alimentarias.
