Actualizado el 6 de febrero de 2025 por Carlos José Belmonte López
El jamón cocido, conocido comúnmente como jamón York, es un alimento que muchas personas incluyen en su dieta diaria, especialmente en España. Se trata de un producto comúnmente utilizado en bocadillos, tostadas y ensaladas, y a menudo se le atribuyen características saludables. Sin embargo, es fundamental tener en cuenta que la variedad y calidad de este producto pueden variar significativamente entre diferentes marcas. La mayoría de los jamones cocidos disponibles en el supermercado presentan ingredientes que incluyen algunos de los aditivos más perjudiciales para la salud.
La importancia de elegir con cuidado
Por tanto, es esencial saber cómo diferenciar entre los jamones cocidos de buena calidad y aquellos que incorporan aditivos nocivos. En este sentido, la nutricionista Blanca García-Orea ha compartido información valiosa en su cuenta de Instagram. En un vídeo reciente, ofrece «los cinco trucos para comprar jamón de calidad», que pueden ayudar a los consumidores a realizar elecciones más informadas.
Consejos para identificar un buen jamón cocido
Uno de los primeros consejos de García-Orea es no fiarse de los jamones al corte en carnicerías, ya que, según su experiencia, suelen contener los peores ingredientes. «Pregunta siempre por la etiqueta», aconseja la experta. Esto implica revisar con detenimiento los aditivos que puedan estar presentes.
A continuación, la nutricionista destaca la importancia de evitar los nitritos, que a menudo aparecen en la lista de ingredientes como nitrito sódico o con los códigos del E249 al E252. Estos compuestos han sido asociados con un aumento en la inflamación y se consideran potencialmente cancerígenos.
Aditivos dañinos a evitar
Además de los nitritos, es igualmente crucial evitar los carragenatos (E407), que pueden causar inflamación intestinal. Otra clase de aditivos que hay que tener en cuenta son los fosfatos, como el trifosfato sódico (E451). Su consumo en grandes cantidades puede provocar problemas digestivos e incluso hiperactividad.
Otro aspecto a considerar es que no se debe dejar influir únicamente por el porcentaje de proteína presente en el producto. Uno puede pensar que un mayor porcentaje de carne garantiza calidad, sin embargo, “no te fíes solo de los porcentajes”, advierte García-Orea. Muchos jamones pueden tener un alto contenido en carne, pero a la vez incluir aditivos nocivos.
Acerca del contenido de azúcar
Una consulta frecuente que surge al revisar los ingredientes de jamones cocidos es la presencia de azúcar. La nutricionista aclara que, en este contexto, su inclusión no necesariamente es negativa, ya que suele encontrarse en cantidades mínimas. “Normalmente, el azúcar se presenta en menos de 1 g por cada 100 g”, explicando que su rol puede ser como conservante sin tener un impacto significativo en la salud.
Opciones de jamón cocido más saludables
Para aquellos que buscan alternativas más saludables en el mercado, Blanca García-Orea destaca tres opciones. La primera es el jamón cocido 100% natural de El Pozo, que no contiene los aditivos mencionados anteriormente. Este producto se elabora únicamente con jamón de cerdo, agua, sal, vinagre, fermentos naturales, especias y aromas.
Otro producto que García-Orea recomienda es el jamón Premium Gourmet y Extra Asado, de El Pozo, que tiene una composición similar, libre de aditivos artificiales. Por último, la nutricionista considera que el jamón cocido de la gama BIO de Carrefour es la mejor opción. “Para mí, es la elección más acertada por su calidad, pues es un jamón ecológico que utiliza muy buenos ingredientes y el azúcar que contiene es tan bajo que no merece atención, ya que no supera 1 g por cada 100 g”, concluye.
Reflexiones finales
Elegir el jamón cocido adecuado no solo se trata de un asunto de gustos, sino también de salud. Con la gran cantidad de opciones disponibles, es vital que los consumidores se informen sobre los ingredientes y aditivos presentes en estos productos. Al seguir los consejos de expertos como Blanca García-Orea, podemos tomar decisiones más acertadas que beneficien nuestra salud y bienestar en general. Por ello, la próxima vez que te encuentres en el supermercado, recuerda revisar cada etiqueta y considerar la calidad del jamón que eliges para tu mesa.