Actualizado el 24 de marzo de 2025 por Carlos José Belmonte López
Las dietas veganas y vegetarianas pueden ejercer un impacto positivo en nuestra salud, descubriendo beneficios antiinflamatorios y antioxidantes. Sin embargo, es esencial que estas dietas estén bien planificadas para evitar deficiencias que podrían perjudicar la función cognitiva y el sistema nervioso. Este hallazgo surge de un estudio de revisión realizado por investigadores de la Universidad Europea, que fue destacado en un informe de Europa Press.
Beneficios para la Salud del Cerebro
Los patrones alimentarios que se fundamentan en plantas aportan una impresionante variedad de fitonutrientes y antioxidantes. Según el estudio, esta riqueza alimentaria se asocia con la disminución de marcadores inflamatorios, como la proteína C reactiva y la interleucina-6, así como con la protección frente al estrés oxidativo. Ambos procesos son cruciales, dado que se relacionan con diversas patologías neurodegenerativas. Por lo tanto, una dieta bien equilibrada podría contribuir a mejorar la salud cerebral a largo plazo.
La Doble Naturaleza de Estas Dietas
Alexandra Martín-Rodríguez, docente de la Facultad de Medicina, Salud y Deportes en la Universidad Europea y responsable del estudio, subraya que las dietas veganas y vegetarianas presentan una «doble naturaleza». Aunque son «muy interesantes» para el control de la inflamación y el estrés oxidativo, requieren un control nutricional exhaustivo para asegurar que el cuerpo recibe todo lo necesario.
Riesgos de Deficiencias Nutricionales
Uno de los hallazgos más preocupantes de la revisión pone énfasis en la carencia de nutrientes esenciales que pueden resultar de estas dietas. Nutrientes como la vitamina B12, los ácidos grasos DHA y EPA y el hierro son críticos, y su deficiencia podría incrementar el riesgo de deterioro cognitivo y trastornos en el estado de ánimo. Esto plantea una cuestión clave: ¿cómo se pueden minimizar estos riesgos mientras se siguen los principios de una dieta basada en plantas?
Consejos para Maximizar Beneficios
Para acceder a los efectos antiinflamatorios y antioxidantes sin comprometer la salud neurológica, el estudio aconseja varias estrategias prácticas. Por ejemplo, es recomendable suplementar con vitamina B12 o hierro cuando sea necesario. Además, se sugiere utilizar alimentos fortificados, tales como cereales o bebidas vegetales, y aplicar técnicas como el remojo, fermentación y germinación de legumbres y cereales. Estas prácticas ayudan a reducir antinutrientes y mejoran la absorción de minerales fundamentales.
La Importancia de una Buena Planificación
«Creemos que la clave está en planificar cuidadosamente el menú«, enfatiza Vicente Javier Clemente, nutricionista y catedrático en Ciencias del Deporte de la Universidad Europea y colaborador en el estudio. Este experto destaca la importancia de combinar alimentos de manera que se obtenga un espectro completo de aminoácidos, y sugiere que se acompañen fuentes vegetales de hierro con vitamina C para optimizar la absorción de este mineral esencial.
Relación Entre Dieta y Microbiota Intestinal
Los investigadores también han resaltado el papel «fundamental» de la microbiota intestinal en el equilibrio del eje intestino-cerebro. Una alimentación rica en fibra y fitonutrientes favorece la proliferación de bacterias beneficiosas. Esta alta ingesta no solo contribuye a una mejor salud digestiva, sino que también puede tener efectos positivos sobre la salud mental debido a la interacción entre el intestino y el cerebro.
Prevención de Desequilibrios y Mejor Salud Cerebral
De esta manera, al mantener una microbiota intestinal saludable, se evitan desequilibrios que podrían aumentar la inflamación y el estrés oxidativo en el cerebro. Esto es crucial porque un entorno inflamatorio en el organismo se ha vinculado al desarrollo de trastornos neurodegenerativos. La clave está en entender que una dieta vegana o vegetariana, si bien puede ser muy beneficiosa, requiere de una atención cuidadosa para maximizar sus ventajas mientras se mitigan sus inconvenientes.
Conclusión
En resumen, las dietas veganas y vegetarianas pueden ofrecer un sinfín de beneficios para la salud, especialmente en lo que respecta a la función cerebral. No obstante, es vital que estas estén bien estructuradas y acompañadas de un seguimiento nutricional adecuado. La correcta planificación, junto con el conocimiento de las carencias potenciales y el uso de técnicas culinarias adecuadas, permitirá que quienes sigan estos estilos de vida alimenticios puedan gozar de sus beneficios sin comprometer su salud.