Ejercicio de fuerza: la clave para mantener masa muscular al usar GLP-1

Actualizado el 25 de noviembre de 2024 por Carlos José Belmonte López

Todo el mundo, en mayor o menor medida, ha oído hablar de los agonistas del receptor GLP-1 (Ozempic, Wegovy o Monjuaro, entre otros, por su nombre comercial). Estos son “fármacos que simulan la hormona gastrointestinal GLP-1, una hormona que se libera tras las comidas y que tiene múltiples funciones entre las que destacan la mejoría en la secreción de insulina y promover la saciedad”, informa a CuídatePlus Inka Miñambres, endocrinóloga del Área de conocimiento en obesidad de la Sociedad Española de Endocrinología y Nutrición. Actualmente, están aprobados para su uso en pacientes con diabetes tipo 2; sin embargo, su fama proviene de su uso para el tratamiento de la obesidad, “a unas dosis algo superiores que las utilizadas en diabetes”, expone la experta.

Resultados en pérdida de peso y otros beneficios

Los efectos de estos medicamentos son sorprendentes no solo en términos de pérdida de peso, sino también en otros problemas de salud. Los últimos GLP-1 más potentes, como la semaglutida y el agonista dual de GLP-1 y GIP tirzepatida, consiguen reducciones del peso de entre el 10% y el 20%. Los resultados de grandes ensayos clínicos han demostrado además que estos medicamentos reducen eventos cardiovasculares en pacientes con diabetes, como la nefropatía diabética. También se observa un efecto positivo en personas no diabéticas con sobrepeso, obesidad y enfermedad cardiovascular establecida. Por otro lado, un estudio publicado en JAMA Psychiatry subraya el efecto frente al alcoholismo tras observar a la población diabética sueca durante 17 años.

Efecto rebote en la obesidad

A pesar de estos beneficios, el uso de los agonistas del receptor GLP-1 se ha extendido mayoritariamente para tratar la obesidad, aunque en muchos casos se utilizan sin considerar otros factores, como los hábitos de vida, lo que puede acarrear problemas a largo plazo. Por ejemplo, existe el riesgo del efecto rebote o yo-yo, que implica que la enfermedad subyacente, en este caso la obesidad, puede reaparecer tras la interrupción del tratamiento. Naiara Brocal, redactora de Diario Médico, señala en su artículo «Los riesgos de dejar el GLP-1 y por qué la obesidad requiere tratamiento crónico» que lo mismo sucede si se retira un antidiabético, un antihipertensivo o un fármaco para el colesterol, lo que enfatiza que la obesidad es una enfermedad crónica.

Irene Bretón, coordinadora del Área de Obesidad de la Sociedad Española de Endocrinología y Nutrición (SEEN), explica que “esto no hace más que confirmar que la obesidad es una enfermedad crónica, recidivante y sin tratamiento curativo, y que todas aquellas acciones que se ponen en marcha para controlar el peso corporal y mejorar la salud del paciente, que luego se retiran, conllevan a una recuperación de peso más significativa”. En el caso de los GLP-1, el abandono del tratamiento se asocia a una pérdida del beneficio obtenido, no necesariamente en relación con el Índice de Masa Corporal (IMC). Durante la fase de extensión del ensayo STEP-1 con semaglutida, los pacientes recuperaron dos tercios del peso perdido y experimentaron un empeoramiento de los niveles de glucosa, presión arterial y lípidos.

Riesgo cardiovascular al interrumpir el tratamiento

Los hallazgos de un estudio en la vida real en pacientes con diabetes tipo 2 sugieren que la interrupción del tratamiento con GLP-1 está relacionada con un aumento del riesgo cardiovascular, tanto en pacientes con antecedentes como en aquellos sin ellos. Esto refuerza la necesidad de mantener un seguimiento riguroso y un enfoque integral en el tratamiento de la obesidad.

Impacto en la masa muscular

Otro asunto preocupante del uso exclusivo de estos medicamentos, sin prestar atención a factores como la dieta y el ejercicio físico, es que la masa muscular perdida durante la reducción de peso no se recupera al mismo ritmo que el tejido adiposo. Esto aumenta el riesgo de sarcopenia, un síndrome caracterizado por la pérdida progresiva de masa y fuerza muscular.

Según el informe «Muscle matters: the effects of medically induced weight loss on skeletal muscle», publicado en Jama Diabetes & Endocrinology, “los estudios sugieren que la pérdida muscular con estos medicamentos varía del 25% al 39% del peso total perdido durante 36 a 72 semanas”. Esta pérdida muscular significativa probablemente esté más relacionada con la magnitud de la reducción de peso que con un efecto independiente de los agonistas del receptor GLP-1, aunque se requiere más investigación al respecto.

Importancia del ejercicio físico

A largo plazo, la reducción de masa muscular inducida por estos medicamentos podría ser considerablemente más rápida que la pérdida de masa relacionada con la edad, que suele ocurrir a un ritmo del 0,8% anual (aproximadamente un 8% por década desde los 40 hasta los 70 años). Por tanto, es fundamental recomendar a estos pacientes realizar ejercicios físicos con regularidad, particularmente ejercicios de fuerza, ya que se ha demostrado que son los más eficaces para aumentar la masa muscular y mejorar la densidad ósea.

Es crucial entender que los ejercicios de fuerza no se limitan únicamente al gimnasio con pesas; se pueden realizar en casa utilizando el propio peso corporal. Entrenar la fuerza es esencial para estos pacientes, ya que tiene múltiples beneficios adicionales.

Según la Fundación Española del Corazón, los ejercicios de fuerza pueden:

  • Mejorar la funcionalidad general.
  • Limitar la pérdida de masa muscular asociada al envejecimiento y el sedentarismo.
  • Optimizar la composición corporal (reducción de masa grasa y aumento o mantenimiento de la masa muscular).
  • Mejorar aspectos metabólicos (especialmente en relación con el metabolismo de insulina).
  • Disminuir la presión arterial a medio y largo plazo.
  • Mejorar la densidad ósea.
  • Contribuir a la salud y calidad de vida de los adultos mayores (reducción de riesgo de caídas, disminución de la dependencia, etc.).

Implementar un enfoque integral que incluya tanto el tratamiento farmacológico como cambios en el estilo de vida puede maximizar los beneficios en la salud de los pacientes y contribuir a un manejo eficaz de la obesidad y sus complicaciones asociadas.

Carlos José Belmonte López
Carlos José Belmonte Lópezhttps://www.google.com/search?kgmid=/g/11rcl91syn
Licenciado en farmacia por la Universidad CEU San Pablo y Máster en la Universidad Pontificia Comillas de Madrid. Doctorado y comprometido con la Salud Humana

Aunque pueda contener afirmaciones, datos o apuntes procedentes de instituciones o profesionales sanitarios y la información contenida en PharmaSalud esté redactada por profesionales en medicina, recomendamos al lector que cualquier duda relacionada con la salud sea consultada con un profesional del ámbito sanitario.

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