Actualizado el 23 de octubre de 2022 por Carlos José Belmonte López
Las vitaminas son sustancias que contribuyen a que el cuerpo crezca y se desarrolle normalmente. A diferencia de las proteínas, carbohidratos y grasas, no proporcionan energía al organismo.
De las trece vitaminas que requiere el cuerpo, la vitamina K ayuda a construir huesos y tejidos saludables, además produce proteínas que permiten la coagulación de la sangre.
Un número cada vez mayor de investigaciones sugieren que ingerir cantidades adecuadas de vitamina K coadyuva a la prevención de enfermedades cardíacas, problemas cognitivos, osteoartritis y discapacidades físicas.
Lo que se conocerá sobre la vitamina K en este artículo permitirá tener conciencia de su importancia y sus aplicaciones en el campo de la salud.
¿Qué funciones tiene la Vitamina K?
La vitamina K es un nutriente liposoluble esencial, que se encuentra en las verduras de hoja verde como el brócoli y las espinacas, así como en el hígado, las carnes, los guisantes y los huevos.
Aunque hay muchas formas de vitamina K, las dos más estudiadas son la vitamina K1, presente en los alimentos de origen vegetal, y la vitamina K2, que se encuentra mayormente en los productos de origen animal y en los alimentos fermentados.
El doctor Keith R. Martin, investigador del Center for Nutraceutical and Dietary Supplement Research the University of Memphis, dice que la esta vitamina contribuye a muchos tipos de reacciones moleculares en el organismo.
Algunas de las funciones de la vitamina K son:
- Ayuda a la síntesis de numerosos factores de coagulación. La vitamina K1 o fitomenadiona reacciona con algunas proteínas encargadas del proceso de coagulación sanguínea, además ayuda al organismo a desarrollar huesos y tejidos saludables.
- Fijar el calcio en los huesos. La vitamina K2 o menaquinona se produce en el intestino grueso, y su función es fijar el calcio en nuestros huesos, permitiendo así la ralentización del proceso de acumulación de calcio en los vasos sanguíneos, los huesos y otros tejidos corporales, que se produce a medida que se envejece.
Beneficios de la vitamina K
Muchos estudios realizados sobre la vitamina K han presentado una imagen más clara sobre su importancia y las ventajas que aporta a la salud.
Hace 100 años aproximadamente, esta vitamina fue descubierta por un bioquímico danés al observar su papel en la prevención de las hemorragias excesivas tras una lesión. Hoy se sabe que la carencia de esta vitamina en nuestro cuerpo puede provocar un sangrado abundante en encías o en la nariz.
Más allá de su función como agente coagulante de la sangre, a continuación se señalan otros de los beneficios de la vitamina K.
Previene enfermedades cardiovasculares
Estudios efectuados hace dos décadas revelaron que las personas que consumen menos vitamina K son más propensas a sufrir cardiopatías coronarias, probablemente porque los vasos sanguíneos tienden a volverse más rígidos y estrechos en ausencia de ella.
Por otra parte, está demostrado que la hipertensión arterial aumenta las probabilidades de sufrir enfermedades cardiovasculares. Aunque se sabe que una dieta inapropiada y el sedentarismo influyen en que un paciente la desarrolle, investigadores de la Universidad Libre de Ámsterdam, en Países Bajos, han probado que tener niveles bajos de vitaminas K y vitamina D puede aumentar en un 62% el riesgo de sufrir hipertensión arterial.
Este es un hecho de importante relevancia, por cuanto estadísticas de la Fundación Española del Corazón indican que el 42,6% de los españoles sufre hipertensión.
Por su papel en permitir la fijación del calcio en los huesos, la vitamina K impide la calcificación de los vasos sanguíneos o del corazón, lo cual puede provocar una enfermedad cardíaca.
Contribuye a una mejor apariencia física
Debido a sus propiedades anticoagulantes y cicatrizantes, es ingrediente de numerosas cremas y geles que se crean para aliviar la piel, y suele emplearse para revitalizar y devolverle el brillo a las pieles irritadas.
Por otro lado, ha demostrado su efectividad para la eliminación de ojeras y las venitas de la piel, por eso hace parte de muchos productos cosméticos.
Disminuye el riesgo de padecer cataratas
Una investigación realizada por el Centro de Investigación Biomédica en Red-Fisiopatología de la Obesidad y la Nutrición de la Universidad Rovira Virgili y del Instituto de Investigación Sanitaria Pere Virgili, donde se estudió los hábitos alimenticios y estilos de vida de 5.860 personas durante casi 6 años, comprobó que las personas que consumen habitualmente más alimentos ricos en vitamina K tienen un riesgo un 30% menor de sufrir cataratas.
Este efecto podría estar relacionado con las propiedades antiinflamatorias y antioxidantes de la vitamina K, así como por su papel en el metabolismo de la glucosa.
Contribuye a tener huesos fuertes
Varias investigaciones médicas han establecido que las personas que consumen alimentos ricos en vitamina K con más frecuencia, son menos propensas a las fracturas de cadera, lo que se debe a su rol en la producción de osteocalcina, una hormona necesaria para mantener los huesos fuertes y sanos.
Profesionales de la salud de algunas partes del mundo, prescriben la vitamina K como parte del tratamiento para la osteoporosis. A este respecto, la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria, permite que las empresas afirmen que los alimentos con esta vitamina contribuyen a la salud ósea.
¿Cómo se puede suministrar la vitamina K?
La vitamina K es soluble en aceites y grasas, y es frecuente su empleo en suplementos, en particular de la vitamina K2, los cuales deben utilizarse bajo estricta supervisión médica, debido a su intervención en la coagulación de la sangre.
En realidad no es difícil obtenerla por medio de una dieta sana y equilibrada como la mediterránea. Entre los alimentos más ricos en vitamina K están las verduras de hoja verde, como espinacas, acelgas, lechuga; las crucíferas, como brócoli, coliflor y coles de Bruselas, también las especias como el curry, el pimentón y las hierbas aromáticas, así como también la carne, el pescado y los huevos.
La doctora Sarah Booth afirma «si llevas una dieta equilibrada con frutas y verduras, probablemente ingieras una cantidad adecuada de esta vitamina. Pero a medida que las personas se hacen mayores, muchas no lo hacen». Sobre este particular, se dice que un adulto necesita entre 50 y 120 microgramos diarios de vitamina K, según su edad y sexo.
La vitamina K es un valioso regalo natural que permitirá tener una constitución ósea más fuerte y factores sanguíneos que combatan los sangrados.